Es un misterio lo que le pasaba por la mente a Aaron N, de 31 años, no se sabe si estaba hambriento, si trabaja en el lugar o simplemente quería hacer su buena obra del día y dejar limpia una chimenea de una pollería... lo cierto es que tuvieron que llamar a los bomberos para poder rescatarlo porque se quedó atorado.
Pero las mentes maliciosas de los policías pusieron en duda las buenas intenciones del tal Aaron, porque se metió a la chimenea cuando estaba amaneciendo, con el amparo de la oscuridad y sin las miradas de vecinos chismosos.
Toda esta historia se registró en el local, de la cadena El Pechugón, que se localiza sobre la avenida Leona Vicario, lote 1, manzana 16, de la Región 231 y fue un minuto para las 6 de la mañana que la base de bomberos recibió una llamada de emergencia para rescatar a una persona atorada en una campana de chimenea de ese establecimiento.
Las unidades 966 y 967, con cinco rescatistas, se alistaron para salir y se equiparon con toda la herramienta que tienen, porque no sabían que se iban a encontrar en el lugar.
La primera impresión que tuvieron fue: que intentaba hacer el muchacho por ese lugar, la misma preguntar que se hicieron policías y paramédicos de la Cruz Roja que también llegaron al lugar del reporte.
Los rescatistas sacaron su cierra eléctrica y empezaron a cortar la lámina para bajar la campana de la chimenea y después de hacer varias maniobras finalmente lograron destrabar al parroquiano, originario de Tabasco, el cual fue valorado por los socorristas, pero no tenía nada, solo estaba embarrado de la grasa del lugar, que tuvo daños porque se tuvo que forzar una puerta de herrería para ingresar y a parte la lámina que cortaron.
Los elementos de la patrulla 5826 lo aseguraron y lo pusieron bajo custodia por eso de las dudas que las intenciones no eran más que de entrar a robar y que no lo pudo conseguir porque se quedó atorado, pero lo que si va a tener que responder es por los daños que se ocasionaron en el inmueble.
