En un ambiente hostil, que en el transcurso del compromiso se volvió caótico, la selección sub-23 de Argentina cayó 2-1 ante Marruecos en el comienzo del futbol en los Juegos Olímpicos París 2024.
Un tanto de Cristian Medina a los 116 minutos significaba el 2-2, pero tras dar la sensación de que había acabado el partido, se anuló por fuera de juego y dos horas después se completó el tiempo que faltaba.
El gol provocó la invasión de campo de un grupo de fanáticos marroquíes, que eran mayoría en el estadio de Saint Etienne, y el árbitro sueco Glenn Nyberg mandó a ambos equipos a los vestuarios.
Parecía todo terminado, pero el sistema informativo de los Juegos informó que el partido estaba interrumpido; mientras el VAR atestiguaba que había existido fuera de juego en la jugada que concluyó con la diana de Medina.
Finalmente se decidió la reanudación del encuentro con 1-2 en el marcador, a puerta cerrada, sin público en las gradas del estadio Geoffroy-Guichard.
Todo lo sucedido se desarrolló en un contexto en el que la afición francesa le hizo saber con incesantes abucheos a Argentina la rivalidad creciente entre ambos países a nivel futbolístico: primero por la victoria de los sudamericanos en la final del Mundial de Catar 2022, y recientemente por el supuesto canto racista de Enzo Fernández a jugadores franceses afrodescendientes.
Con información de ESPN
