Por Luis Roel Itzá
Mientras que elementos de Seguridad Pública y Tránsito instalan puestos de revisión (retenes) para aplicar infracciones a conductores, delincuentes hacen de las suyas a plena luz del día y asaltan un negocio de venta de carnes en céntrica colonia y sobre transitada avenida; para ello efectúan disparos al aire mientras se daban a la fuga con tranquilidad.
Ni la presencia de un numeroso contingente de marinos reforzando a la Policía ha servido para frenar a la delincuencia en la isla.
Hace unos días se anunció con bombos y platillos la llegada de elementos de la Secretaría de Marina pertenecientes a fuerzas especiales, mismos que se integraron a la corporación policiaca para realizar actividades de patrullaje en las diferentes colonias; sin embargo, no existe una verdadera estrategia de combate y los delincuentes siguen haciendo de las suyas y los robos de motocicletas, a casas habitación y comercio no disminuyen en absoluto.
No obstante, el gobierno municipal de Juanita Alonso Marrufo y su flamante, pero incapaz director de Seguridad Publica, ha implementado los retenes en diferentes partes de la isla para poder verificar que los conductores de motocicletas cuenten con sus documentos en regla, una estrategia netamente recaudatoria, ya que no hay resultados de que se detecte algún vehículo con reporte de robo como se presume y mucho menos de encuentran drogas o armas.
En este sentido, la ciudadanía, principalmente los conductores de motocicletas, piden que las revisiones sean equitativas y también se haga con los automóviles, ya que parece ser que el gobierno de Juanita Alonso se ha propuesto dejar sin un solo peso a los cozumeleños que menos tienen y detienen únicamente a conductores de motos.
En dichos retenes la misma ciudadanía ha denunciado públicamente que los policías les piden la clásica “mordida” para dejar pasar a quienes no están en regla y quienes se niegan a dar la “mordida” son infraccionados y les cobran además por el arrastre de la grúa, cuyo servicio lo otorga una empresa privada al Ayuntamiento y a cambio les pagan de manera mensual una cierta cantidad menor a lo que se ingresa por este concepto en la Tesorería.
Por lo que además de ingresar recursos por los artículos que describe el agente de tránsito, le cobran un arrastre de grúa y el Ayuntamiento se queda con más del 50% del cobro por este concepto, razón por la que los mismos policías aseguran que les han fijado una “cuota” diaria de infracciones.
Mientras tanto, la inseguridad en la isla sigue aumentando y cada vez poniendo en riesgo la vida de personas inocentes, como ocurrió nuevamente la tarde de ayer cuando se reportó el asalto a mana armada en un negocio de venta de carnes “Maxicarne”, en donde dos sujetos a bordo de una motocicleta y con cubrebocas puesto, ingresaron al local y apuntando con un arma de fuego al encargado le pidió el dinero que había en la caja y para evitar que sea seguido en su huida, realizó un disparo al aire.
Se desconoce la cantidad del robo; sin embargo, sí es considerable, ya que las ventas se dan por la mañana hasta el mediodía, según informó el encargado.
Mientras esto ocurría en la 30 avenida, entre las calles 15 y 17 de la colonia Andrés Quintana Roo, los elementos de Seguridad Publica y Transito, apoyados por elementos de la Marina, efectuaban revisiones en el bulevar aeropuerto, atacando a los bolsillos de quienes menos tienen, los conductores de motocicletas.
En lo que va de la presente administración municipal se ha visto a un gobierno represor que cuando observa que la ciudadanía comienza levantar la mano exigiendo lo que les corresponde por derecho, como es una mayor seguridad, así como servicios públicos, su reacción es la de implementar retenes y aplicar multas.
Mientras tanto, la inseguridad en las colonias populares sigue creciendo a pasos agigantados, ya que ni la presencia de los efectivos navales en las patrullas ha podido frenar a la delincuencia, ya que se siguen dando a cualquier hora del día y de la noche, como si fuera un reto abierto a las autoridades y dejar más en claro que ni siquiera han podido reducir el tiempo de respuesta ante un llamado de auxilio.