Como un susurro inesperado, para los de la vida nocturna, hoy ya se vio gente trabajando en la antigua plaza 21.
Desde este día se vio varias camionetas y trabajadores realizando maniobras en las instalaciones que estaban condenadas al olvido en la supermanzana 105.
Nadie sabe con certeza si renacerá como un nuevo espacio o si se convertirá solo una bodega para material de construcción, pero lo cierto es que su presencia vuelve a ser parte del paisaje.
Para muchos cancunenses, Plaza 21 no es solo un nombre; es un cúmulo de recuerdos, de risas compartidas, de historias tejidas entre sus pasillos y luces de neón que marcaron a generaciones y que por mucho fue el centro de entretenimiento para adultos más grande del sureste.
